-Cuando recién llegaste aquí a
Estados Unidos, ¿cómo te sentías?
Migrante 1 -Pues se siente uno pa’ la chingada,
quiere uno llorar, en verdad, porque cuando llegas, ‘ira, no conoces aquí a
nadie o conoces por decir así nomás a don Ramón [su suegro] y a sus hijos. Pero
a mí que me gustaba la movilidad… y aquí a qué ¿a qué le tiro? No conozco a
nadie, nada. 'Tonces, y saber que pos eso es lo que yo andaba buscando, pero no
le encuentras pues el gusto, nomás que estás acá.
Migrante 2 -…cuando veníamos en el freeway, en
el 5, pues yo buscaba las luces, los edificios… “oye, prima, y d’onta el
gabacho”, “¿el gabacho?, primo, este es el gabacho, ¡ya la hicistes!” (sic),
“no manches prima ¿éste es el gabacho?”, “sí, güey, este es el gabacho, ‘orita
vamos a pasar por Disneylandia” y… “no manches, ¿esto es Disneylandia?” ya bien
ñero ¿no?, ya sabes, ya se me había olvidado el susto, pero ya después empecé a
reaccionar y dije “¿arriesgué mi vida por esta madre?, ¿por ese sueño de
aquellos, de mis amigos que me decían que el gabacho?” si todo esto lo tengo en
el DF, las luces, Reino Aventura, lo que ahora conocemos nosotros allá en el DF
como Six Flags, yo decía “¿qué hay de gabacho aquí?”. Y me dice mi prima, “no,
espérate, más para allá, donde vas a ver cómo vivimos”… Yo la verdad estaba a
ciegas porque yo me imaginaba las casas diferente y yo le decía “prima, ¿ya
vamos a llegar?”, “ya, ya mero, mira estas son las carreteras, se llaman
freeways”, “no manches, están más chidas allá que aquí, o sea se me cayó mi
ilusión que yo tenía del sueño americano, se me cayó hasta el suelo, o sea lo
que van y te dicen, eso es mentira y la verdad yo siempre lo he dicho, no es
que me enorgullezca de mi país o del DF, de donde soy, pero la verdad el DF no
le pide nada a California, nada le pide…
Mujer migrante 1 -Era re feo, más porque llegamos a
Michoacán y pues ahí en Michoacán puedes andar libre, para todos lados, puedes
salir a donde tú quieras y cuando llegamos aquí pues sólo estábamos encerradas
y no podíamos salir a ningún lado y si queríamos ir hasta a la tienda teníamos
que ir en carro o alguien tenía que acompañarnos y así era todos los días y no
me gustaba estar aquí, ya hasta después sí…Ya ahora que tengo a mis hijos, que
ya puedo andar donde yo quiera y puedo hacer lo que yo quiera, ya me gusta
estar aquí, más que en México.
Mujer migrante 2 -Pues no me dolió venirme de
Michoacán para acá, yo me sentía muy contenta. Como esa misma semana fue mi
mamá y nos registró en la escuela, aquí en la Highschool a Elvira [hermana
mayor que ella] y a mí y a Raúl [hermano menor] en la Junior High, a la
secundaria, y pues yo estaba emocionada ¿no?, un lugar nuevo, estaba
sorprendida que nos daban de comer en la escuela, porque allá en México ¿qué te
dan de comer? [risa] Yo decía “wow, te dan de comer aquí” y libros y todo te
daban aquí y allá en México tienes que comprar todo. Y pues yo estaba muy
contenta aprendiendo inglés… Lo que sí me dolió fue irme a Michoacán del DF, yo
me acuerdo que íbamos todos llorando en el camión, de que nos íbamos y
dejábamos a la familia, a los amigos, yo dije pues tal vez después regresamos,
pero pues no, ya cuándo. Pero ya para estar acá pues ya fue diferente, porque
ya… o sea no necesitábamos nada, aunque vivíamos ahí todos apretados y
dormíamos todos juntos como sardinas, pero pues estábamos contentos porque
sabíamos que estábamos con mi papá. Y sí pues gracias a Dios pues no nos faltó
nada, estuvimos mucho mejor que en Santa Clara y pues ya estábamos en la
escuela y mi papá trabajaba ahí en el edificio y pues yo en la escuela, me
dediqué a estar en la escuela, estudiar, estudiar y hasta que se apareció mi
marido, pero pues sí esa era mi meta, estudiar.
[Hombres y mujeres migrantes de primera generación y generación 1.25 -última]
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