jueves, 25 de marzo de 2010

¿¡¡¡Canciones que componeeer!!!?

Una cosa es que el pueblo haga suyo los cantos, canciones, sones y corridos populares, los adopte y adapte, quite, ponga, cambie; otra es que hagan de las suyas los compositores para el público y las grabaciones comerciales -éstas si bien sirven para difundir, también acortan las distintas versiones populares debido al peso económico-, incluyendo en esta tarea de camino real a los arreglistas, "directores artísticos" y demás fauna espectacular.
Casos han aparecido a la luz pública como El Barzón, de padre desconocido y bien mostrenco. Vicente T. Mendoza recogió un vestigio procedente de San Pedro Piedra Gorda, Zacatecas, de acuerdo con la información proporcionada por Pantaleón Cardona en 1948, quien dice haberla oído hacia 1878.
...Parece que voy llegando
a los cuernos de los Reyes,
comiendo naranjas dulces
y deshojando magueyes.
En los pueblos del Rincón
...........................................
se me reventó el barzón,
y siempre la yunta andando.
(Vicente T. Mendoza, 1952, p87. Mendoza señala con asterisco Rincón, dando a entender San Francisco del Rincón, Guanajuato. [Nota de Álvaro Ochoa en: Mitote, Fandango y Mariacheros, pp83-84])
Seguramente la anterior, si fuera la primicia, propició 189 versos octosílabos (sin contar seis del estribillo repetidos en tres ocasiones) en el ejemplo de Aguascalientes. Letra y música de Miguel Muñiz. Escrito en Viudas de Oriente (actualmente Villa Juárez), municipio de Asientos. Se advierten "de oquis" y "pechera" en El Barzón, pantalón de pechera que bien puede denotar influencia de la vestimenta ferrocarrilera y ambas, tal vez, la alusión a una experiencia migratoria: Orkie, oqui, trabajador agrícola del medio oeste norteamericano. Los autores del capítulo Aguascalientes incluido en el Diccionario Histórico y Biográfico de la Revolución Mexicana (1990, t.I) citan la fuente de Luis Marmolejo Espinoza Apuntes de la Reforma Agraria en Aguascalientes, Torreón, 1976.
Una versión arreglada en 79 versos por Los Folkloristas llegó a ellos a través del grupo Tupac Amaru en "un viejo disco que circuló en una convención agrarista que tuvo lugar en Aguascalientes en el año de 1939, editado -según dice el sello- por el Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad" [DAPP] y en el mismo se acredita el corrido a Miguel Nuñez (sic), ejidatario de Viudas de Oriente (El Cancionero Popular), Amparo Ochoa con la colaboración del grupo de los Folkloristas, notas de Rubén Ortiz, México, Discos Pueblo DP1006, "El Barzón" Canción-corrido, oriundo del estado de Aguascalientes, Época Agrarista, En la cubierta del disco no se proporcionan más detalles.
En otro disco de larga duración, éste de Luis Pérez Meza y sus más grandes éxitos, la autoría de "El Barzón" (ranchera) se atribuye a Miguel Muñoz (sic), México, Falcon Records Serie 3000, FLP-3036. En cambio, "El Barzón" en el Cancionero Popular Mexicano, selección, recopilación y textos de Mario Kuri-Aldana y Vicente Mendoza Martínez, se indica simplemente (D.P.) Aunque por encima pueblo y público se parecen, en el fondo significan distinto.
EL BARZÓN
Esas tierras del Rincón
las sembré con un güey pando
y se reventó el barzón
y siempre la yunta andando.
Cuando yo iba a medias tierras
l'arado iba muy enterrado,
s'iba enterrando hasta la telera,
compuse bien mi mancera,
y el yugo s'iba pandeando,
el timón s'iba doblando,
la reja s'iba quebrando,
la raya s'iba jerrando,
el barzón s'iba trozando,
el sembrador iba manqueando...
Yo le digo al sembrador:
-No me hables cuando ande arando.
El máiz era pipitillo,
me dolía mi corazón;
voy a ver a mi patrón
pa decirle con distraición
que mañana no trabajo;
yo ya no acabo el destajo,
ya no quero trabajar,
pues yo de oquis no trabajo
por un real que ando ganando;
si me paga veinte fierros,
pues iré allá cada y cuando...
Y se reventó el barzón
y siempre la yunta andando.
Cuando salí a l'otra orilla
la tierra estaba pesada;
me decía mi prenda amada:
-Métase para dentrito,
no se vaya usté a mojar,
y se vaya usté a resfriar,
y se vaya usté a morir
para mi mayor sentir,
y me deje a mí llorando
con mi chiquito en los brazos;
mírelo todavía mamando...
Y se reventó el barzón
y siempre la yunta andando.
Cuando yo la fui a escardar
me arremangué mi pechera;
me decían los de mi tierra:
-Encájele bien l'arado,
arrímale bien la tierra
que quede el surco planchado,
aunque levantes terrones.-
Me arremangué mis calzones,
me arrisqué bien el sombrero,
La Adelita iba cantando
y la yunta iba tranqueando,
los picaba cada y cuando...
Y se reventó el barzón,
y siempre la yunta andando.
Cuando andaba asegundando
la yunta se me cansó,
la mancera se quebró,
el timón se deshojó,
la telera se zafó,
el otate se partió,
un güey se me descornó,
el sembrador se murió,
el barzón se reventó,
un talón se me espinó,
la reja me la quebraron
porque'iba muy recio andando,
el yugo s'hizo muy pando...
Y se reventó el barzón
y siempre la yunta andando.
Cuando estaba jiloteando,
me compuse mis huaraches;
y todas las noches m'iba
a puro matar mapaches.
Cuando estaba ya en elote,
todita la noche andaba
sonándoles con un bote.
Me decía la vida mía,
pobrecita, hasta lloraba:
-Si así siguen los mapaches
esa milpa te la acaban.-
Y todas las noches m'iba
a cuidarla con esmero;
hice mi jonda de cuero,
del güey que se descornó
cuando s'hizo el yugo pando...
Y se acabaron el máiz
y los mapaches jalando.
Cuando yo la fui a tumbar
había muchos lampotillos;
me compuse mis manguillos,
me amarré bien mi canilla,
me encomendé a un Santo Fuerte,
le recé La Cucaracha;
se me despuntó la hoz,
se me quebró de la cacha.
-¿'Hora tumbaré hasta cuando?
A mí lo que más me puede
que apenas iba empezando,
y se me quebró la hoz...
Y siempre seguí tumbando.
Cuando yo la fui a pizcar
el máiz estaba bien dado,
el máiz estaba muy basto;
se me desaró el canasto,
compuse bien mi montón,
se me quebró el pizcador,
y se me zafó el cotón;
el máiz estaba podrido,
y se quebró el pizcador...
Y siempre seguí pizcando.
Cuando acabé de pizcar,
vino el rico y lo partió;
todito se lo llevó,
ni pa comer me dejó.
Y me presentó la cuenta:
-Aquí debes qunce pesos
de los dos güeyes la renta,
de la renta de los güeyes,
cinco pesos de magueyes,
cuatro hanegas, tres almudes
del máiz que te habilitamos;
una hanega tres cuartillas
del frijol que te prestamos;
un peso de unas coyundas,
cinco pesos de unas fundas,
tres pesos de no sé qué,
pero están en la libreta.
A más d'eso, siete reales
de la calza de una reja,
seis cincuenta de una manta
que sacates en la tienda;
con todo el máiz que te toca
no le pagas a la Hacienda.
Veinte pesos diez centavos
es lo que sales restando;
pero cuentas con tu tierra
para que sigas sembrando,
y 'hora vas a trabajar
pa que sigas abonando.-
Nomás me quedé pensando
sacudiendo mi frezada,
haciendo un cigarro de hoja:
todo mi máiz se llevaron
para esa maldita troja.
¡Qué patrón tan sinvergüenza,
nomás me dejó mirando!
Y se llevaron mi máiz...
Y yo me quedé chupando.
Cuando llegué a mi casita
me dijo mi prenda amada:
-¿Don'tá el máiz que te tocó?-
Le respondí yo muy triste:
-El patrón se lo llevó
por lo que debía en la Hacienda;
pero me dijo el patrón
que contara con mi tierra
para seguirla sembrando,
y 'hora voy a trabajar
pa seguirles abonando.
Me dijo la vida mía,
pobrecita, hasta llorando:
-No trabajes con ese hombre,
nomás nos está robando;
mejor métere a agrarista,
anda con el Comité
que te apunte allí en su lista:
¿No aprendes a mi compadre,
a mi hermano y a su yerno,
'tan sembrando muy a gusto
tierras que les dió el Gobierno?..
Anda al Salón de Sesiones,
que te lleve mi compadre;
ya no le hagas caso al padre,
quítate ya de ejercicios,
novenas y confesiones;
que vaya al... arroyo el cura,
él y sus excomuniones.
¿Qué, no ves nuestra familia?
Anda ya hasta sin calzones,
yo ya no tengo vestido,
tú no tienes pantalones...
Y me quedé yo pensando:
pué que deje a mi patrón.
Me fui con el Comité
a pedirle una parcela;
y se llegaron las aguas
y empecé a sembrar mi tierra
con un cuaco y un jumento.
Le digo a la vida mía:
-'Hora si ando muy contento
trabajando con esmero
aquí entre mis compañeros
para poder progresar,
al cabo aquí no hay patrón,
que nos la venga a quitar.
Cuando estaba jiloteando,
¡Ah, qué matas de frijol,
qué bonito 'stán floreando!
Llévate unos ejotitos
que coman mis muchachitos,
al cabo aquí no hay un patrón
que nos quite la labor
por unos tres elotitos-.
Me dijo la vida mía:
-Que vaya el patrón al cuerno.
¡Cómo estuviéramos de hambre,
si te has seguido creyendo
de lo que te decía el cura
de las penas del infierno!-
¡Viva la Revolución!
¡Viva el Supremo Gobierno!
Hay que seguirles la pista.
Les digo a mis compañeros:
-¡No hay como ser agrarista!
(Mendoza, Vicente T. El romance español y el corrido mexicano, estudio comprativo, pp762-766. Hemeroteca Nacional UNAM y Biblioteca de El Colegio de México.)

http://www.elbarzon.org/

http://www.elbarzon.org/quien/quees_elbarzon.shtml

Mendoza, Vicente T. Folklore de San Pedro Piedra Gorda Zacatecas, México, SEP-INBA, 1952.
Mendoza, Vicente T. El romance español y el corrido mexicano: estudio comparativo, México, Instituto de Investigaciones Estéticas-UNAM, 1939.
El cancionero popular mexicano, Selección, recopilación y textos de Mario Kuri Aldana y Vicente Mendoza Martínez, México, CONACULTA-Dirección General de Culturas Populares, v.2, 1990.
Ochoa Serrano, Álvaro. Mitote, fandango y mariacheros, México, Centro Universitario de la Ciénega-Fondo Editorial Morevallado-Casa de Cultura del Valle de Zamora, 4a ed, 2008.

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Tesis de Licenciatura en Historia de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH): Desde el México de afuera. El migrante mexicano a través de la trova popular (1942-2008) by Cecilia Alcántara Ceja (2010) is licensed under a Creative Commons Atribución-No comercial-No Derivadas 2.5 México License.